El veterinario Bernt Lande se dirige a las personas que quieren matar animales sanos. Aquí con el gato Muscat, que fue adoptado como regalón de la clínica en lugar de quitarle la vida. Lande adoptó al gato Muscat cuando iba a ser sacrificado. Ya está cansado de que la gente quiera ‘despachar’ a sus animales que no tienen nada. FOTOS: ROSA IRÉN VILLALOBOS / NRK
– Hemos experimentado un aumento notorio en la pandemia. Este verano, hemos recibido consultas varias veces a la semana, dice el veterinario y propietario del hospital de animales de Karmsund, Bernt Lande.
Ahora él rechaza a las personas que vienen para darle la última inyección a su sano animal.
Bernt Lande con algunas mascotas en el hospital de animales de Karmsund.
– Hay mucha gente que luego de adoptar se enfrentan con problemas para mantener a los animales dice.
Ya al comienzo de la pandemia en 2020 quedó claro que la vida hogareña puertas adentro significaba que más noruegos querían animales. Entre otras cosas, adoptar un gato, pero también comprar un perro.
El veterinario se da cuenta de que muchas personas lamentan la elección. También ve que los gatos son el animal sobrerrepresentado.
– Son casi solo gatos que la gente trae aquí. Gatitos pequeños o gatos adultos sanos, dice Lande.
Los animales se definen como cosas
Simplemente no está bien. Es una vida. Una vida sana. Les pido que se pongan en contacto con La Protectora de Animales o busquen otras alternativas, dice el veterinario.
La Asociación Veterinaria de Noruega cree que es una cuestión difícil matar animales sanos. Tanto para el propietario como para el veterinario. Pero depende de cada veterinario tomar una posición al respecto.
Legalmente, los animales se definen como cosas. Y será el dueño quien tenga derecho a disponer del animal, también a la hora de matarlo. Al mismo tiempo, la Ley de Bienestar Animal establece que los animales tienen un valor intrínseco independientemente de la utilidad que puedan tener para los humanos, dice Hilde Røssland, líder de la Asociación de Practicantes de Pequeños Animales.
Hilde Røssland y su perra Kaisa. Foto privada
DEPENDE DE LOS VETERINARIOS
Esa es la opinión de Hilde Røssland, presidenta de la Asociación de Practicantes de Pequeños Animales.
¿Tiene la impresión de que muchos veterinarios se niegan a matar animales sanos?
Sabemos que esto se discute entre los veterinarios, pero no tenemos una visión general de cómo se distribuye la opinión de esto en la membresía, dice.
Sin embargo, la asociación cree que existe una conciencia creciente sobre el problema de matar animales sanos. Tanto entre veterinarios como entre propietarios de animales.
El veterinario Bernt Lande está de acuerdo.
Hace 20 años, nadie hacía preguntas si alguien entraba y quería matar a su animal. Veo que ha habido un cambio de actitud. Probablemente he aprendido de los jóvenes de mi clínica, dice el veterinario.
NUEVO HOGAR: Al gato Muskat se le permitió mudarse al hospital de animales cuando fue entregado para matarlo.
Felicitado por la Protección Animal
La Protección Animal Noruega del condado de Haugaland aprecia a veterinarios como Lande. Aunque en algunos casos significa más trabajo para ellos.
Estamos ante todo felices de que haya decidido negarse a matar animales sanos. Nosotros estamos encantados de ayudar. Y desearía que más veterinarios tomaran esa determinación, dice la gerente general Elisabeth Ellingsen.
ESTA FELIZ: La directora general de La Protección Animal Noruega del condado de Haugaland, Elisabeth Ellingsen, cree que más veterinarios deberían decir NO a la matanza de animales sanos.
El año pasado, La Protección Animal Noruega (Dyrebeskyttelsen Norge) ayudó a cerca de 7.000 familiares y sus animales. Y la organización espera un aumento en los próximos años. El 90 por ciento de los animales que reciben ayuda son gatos.
Es genial que los veterinarios no maten categóricamente a los animales que se les entregan. Usar la matanza de animales como una forma de control de la población es una cultura. Lo mejor es castrarlos. Tanto para aumentar el bienestar de los animales como para prevenir que los boten, dice Åshild Roaldset, gerente general de La Protección Animal Noruega.
Agrega que el marcado de identificación legal de los animales podría resolver gran parte del problema.
A través del marcado de identificación, la responsabilidad legal por el bienestar del animal se coloca donde pertenece; el dueño o la dueña. El marcado de identificación también permite reunir a los animales perdidos para que se reencuentren con sus dueños, dice Roaldset.
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Presentado por: Terje M. Publicado el 21 de septiembre 2021 en el noticiero noruego ‘Midt i Fleisen‘ y en steigan.no – Traducción al español noruego.today –
Autor del artículo: Dan Cohen.
Dan Cohen es un periodista y cineasta estadounidense que vive en Washington, D.C., EE. UU. Es el presentador del documental Behind the Headlines. Anteriormente en RT America, Cohen ha contribuido en Al Jazeera English, Alternet, Electronic Intifada, The Grayzone, Middle East Eye, Mondoweiss, The Nation y Vice News. Esta vez Dan Cohen habla sobre una campaña poco conocida para capacitar a los fundamentalistas islámicos afganos sobre cómo hacer propaganda, y cómo esta operación creó un plan ya hecho para los ‘Cascos Blancos’ en Siria.
Dan Cohen relata: -Ahora todo el mundo conoce los Cascos Blancos, la operación de propaganda del Departamento de Estado de EE.UU. para producir el consentimiento de la opinión pública a la guerra sucia de Estados Unidos contra Siria. Pero mucho antes de los Cascos Blancos existían los muyahidines afganos.
Un resumen rápido: Los «Cascos Blancos» se presentaron como fantásticos equipos de rescate que operan en áreas controladas por la oposición en Siria.
También se pusieron del lado de grupos yihadistas como al Nusra, la rama siria de al Qaeda y fueron financiados por agencias estadounidenses como USAID.
Esto convirtió a Siria en una zona de guerra creada para la televisión y lanzó ‘pornografía de guerra’ sacada de su contexto para ir directamente a las cabezas de los estadounidenses a través de noticias de televisión y «documentales» de Netflix.
Esta propaganda apeló a las conciencias de los liberales occidentales para que apoyaran los ataques militares estadounidenses contra Siria, como el bombardeo de Donald Trump sobre Douma o Khan Sheikoun. O en la era de Obama, cuando el Pentágono y la CIA armaron milicias rivales y caudillos que luego fueron devorados por grupos yihadistas con un ardiente deseo de exterminar a las minorías.
Siria fue la versión 2.0. La edición original estaba en Afganistán en la década de 1980. Luego, Estados Unidos intentó derrocar al gobierno socialista de Afganistán que había llegado al poder durante la revolución Saur. Es bien sabido que Estados Unidos comenzó a financiar a los muyahidines, guerreros sagrados fundamentalistas islámicos que compartían la creencia con Estados Unidos de que nada era peor que el comunismo impío. Por supuesto, todos sabemos lo que pasó con esa alianza.
Pero en ese momento el público estadounidense no estaba interesado en Afganistán, un país a siete mil millas de distancia que los estadounidenses comunes y corrientes del mundo nunca podrían encontrar en un mapa, y las noticias apenas lo cubrían.
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En 1982 el gobierno de Estados Unidos envió a la estrella de Hollywood Kirk Douglas a Peshawar, Pakistán, para filmar un programa especial de Acción de Gracias en el que se reunió con líderes muyahidines y mostró la terrible intervención soviética y la difícil situación de los refugiados afganos.
Pero después de que el intento fracasó por completo, el ahora difunto (o más bien cambió de nombre, etc.) intentó continuar la organización de propaganda estadounidense U.S. Agencia de información (USIA). Al director de la USIA, Alvin Snyder, se le ocurrió la idea de capacitar a los muyahidines en «periodismo» y darles cámaras de video. Los artículos e imágenes que produjeron fortalecieron el relato del gobierno de Estados Unidos sobre la intervención soviética como una invasión de un imperio impío y malvado, y los guerreros sagrados afganos como luchadores por la libertad que Estados Unidos tenía que apoyar.
El Congreso decidió entrenar a los Guerreros Sagrados y asignó medio millón de dólares para establecer una escuela de periodismo para ellos. Esto se hizo en colaboración con la Universidad de Boston. Nació el Centro de Recursos de Medios de Afganistán. Su manual especificaba que todos los empleados deben ser obedientes a la fe islámica y «deben sacrificarse sincera y generosamente por la guerra santa y participar activamente en la lucha por la independencia de Afganistán».
Los aprendices fueron enviados al campo de batalla afgano, donde filmaron las realidades de la guerra: soldados muertos en ambos bandos y tragedias indescriptibles. Las estaciones de televisión como CBS y CNN comenzaron a transmitir las imágenes y los funcionarios estadounidenses los elogiaron por sus esfuerzos para lograr la retirada soviética unos años más tarde.
Con una pistola en una mano y una cámara en la otra los propagandistas muyahidines entrevistaron a señores de la guerra como Gulbuddin Hekmatyar, quien dirigió un grupo guerrillero conocido como Partido Islámico y era un favorito de la CIA. Washington les dio más de mil millones de dólares, mientras él se convirtió en el mayor narcotraficante de Afganistán. Hekmatyar tenía fama de rociar ácido en los rostros de las mujeres que se atrevían a aparecer en público sin cubrirse la cabeza. Su fuego de artillería arbitrario sobre Kabul durante la guerra contra el gobierno respaldado por los soviéticos mató a 50.000 personas lo que le dio el sobrenombre de «El carnicero de Kabul».
Luego tenemos a Haji Zaman, (el foto a la izq.), un jefe muyahidin y narcotraficante, a quien Estados Unidos acusó hace décadas de ayudar a Osama Bin Laden a escapar de Tora Bora.
Luego tenemos cuando el embajador de Estados Unidos en Pakistán, Peter Tomson, describió al líder muyahidin mullah Mulang con palabras fervientes y dijo: «Es un afgano muy patriota; ha contribuido mucho a la guerra santa; dijo que espera contribuir más en el futuro».
Aquí hay una foto de Jalaluddin Haqqani. Como agente de la CIA durante la guerra santa antisoviética fundó la red Haqqani, que se convertiría en uno de los enemigos más duros de Estados Unidos en Afganistán.
Décadas más tarde, esta forma de propaganda se usaría en Siria, pero de una manera mucho más sofisticada. Estados Unidos y la Unión Europea financiaron la capacitación en periodismo y proporcionaron cámaras a los propagandistas que se movían con grupos armados antigubernamentales, incluido al Nusra, la rama siria de al-Qaeda.
En Afganistán fue el Centro de recursos para los medios afganos (Afghan Media Resource Center). En Siria, había muchos departamentos de medios. Aleppo Media Center fue financiado por la Organización de Expatriados Sirios con sede en Washington, que publicó una famosa grabación de Omran Daqneesh, el niño de cuatro años que, en contra de los deseos de su padre se convirtió en una parte central de la propaganda de guerra. La persona que tomó la infame foto de Daqneesh, quien se hizo conocido en los medios estadounidenses como el «niño de Alepo» fue Mahmoud Raslan.
También teníamos a Syria Direct, financiado por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, así como por las embajadas de Francia y Australia. Syria Direct capacitó a muchos periodistas cuyos artículos fueron publicados por medios estadounidenses como USA Today, CNN y Radio Free Europe.
La propaganda ha sido un componente clave de todas las guerras que Estados Unidos ha librado, desde Vietnam hasta Granada, Afganistán, Irak y Siria. Las campañas son cada vez más sofisticadas e insidiosas. Sin ellas, las ‘Guerras Permanentes’ de Estados Unidos simplemente no tendrían razón de ser.
Rinoceronte anestesiado y listo para el transporte en helicóptero. FOTO: GALLO IMAGES / REX / SHUTTERSTOCK.
Publicado en nrk.no 9.9.21 en Noruega. Autor: Svein Vestrum Olsson (periodista) – Trad.: noruego.today La foto superior es tomada en Sudáfrica. Ahora la investigación muestra que este modo de transporte es lo mejor para el animal.
¿Qué tienen en común los rinocerontes patas arriba, los sonidos de los gatos, el chicle en el suelo y el crecimiento de la barba en los hombres? Todo es parte de una investigación seria. Ahora también son premiados.
Los premios se llaman Ig Nobel y son otorgados por la revista de investigación humorística «Anuario de las investigaciones improbables».
Buscan a los curiosos en el mundo de la investigación, pero los métodos deben ser serios y la investigación debe sostenerse.
-Los premios deberían primero hacerte reír, luego pensar, dicen los editores.
Todos los premiados se pueden encontrar al final de este artículo.
El transporte es muy importante
Entonces, ¿por qué cuelgan los rinocerontes patas arriba desde un helicóptero?
Los rinocerontes negros en peligro de extinción se trasladan de un área a otra para garantizar la diversidad genética en la reproducción.
Esto es algo que se ha utilizado cada vez más en el trabajo de conservación de África.
Pero nadie había investigado cómo soportaban los animales este transporte.
El veterinario Robin Radcliffe de la Universidad de Cornell quería saber exactamente eso.
Junto con el Ministerio de Medio Ambiente, Silvicultura y Turismo de Namibia, Radcliffe y su equipo investigaron cómo reaccionaban físicamente los rinocerontes el transporte.
Resultó que a los animales les fue muy bien. De hecho, era mejor que los rinocerontes sean colgados patas arriba que tumbados sobre el pecho o de costado.
Acostado sufre llagas
Radcliffe dice que los pulmones funcionan mejor cuando el rinoceronte está colgando así que cuando está acostado de lado.
Cuando el rinoceronte cuelga patas arriba es básicamente como si estuviera de pie. Los pulmones reciben más aire, explica a la BBC.
Hay que añadir que los animales están anestesiados previamente.
También hemos visto que los rinocerontes acostados de lado, o el esternón en particular, se hacen llagas musculares porque pesan mucho, dice Radcliffe. Los machos adultos son mayores que las hembras, pesando entre 2200 y 3000 kg, mientras éstas pesan unos 1600 kg; El mayor ejemplar que se ha medido pesaba unos 3500 kg. Los machos adultos miden entre 1,7 y 2 m de altura y hasta unos 4 m de longitud. (Wikipedia)
Se han realizado investigaciones sobre por qué las personas chocan y por qué las personas no chocan cuando caminan por las calles.
Transeúntes en el centro de Hong Kong
Se han realizado investigaciones sobre por qué las personas chocan y por qué las personas NO chocan cuando caminan por las calles.
Se ha convertido en una tradición que los premios de Ig Nobel sean otorgados por «verdaderos» ganadores del Premio Nobel. Anoche les entregaron Frances Arnold (química en 2018), Marty Chalfie y Eric Maskin (economía en 2007).
Los premios aún están a cierta distancia. Los ganadores recibieron un trofeo que tenían que armar ellos mismos y un premio en efectivo en forma de billete falso de Zimbabwe por valor de 10 billones de dólares.
Cuando se le preguntó qué haría con el premio en efectivo, Radcliffe respondió con una carcajada:
-Siempre estamos buscando subvenciones.
Agrega que no estaba seguro de cómo recibir el premio.
-Cuando escuché por primera vez sobre Ig Nobel, no estaba seguro de si esto era bueno o malo. Pero creo que el mensaje de que «te hace reír y luego pensar» es de lo que se trata. «Más gente debería entender qué esfuerzos se están haciendo para tratar de salvar a estos asombrosos animales que viven aquí en el planeta con nosotros», dijo Radcliffe a la BBC.
El miembro del equipo y veterinario Pete Morkel agrega:
-Esto realmente ha cambiado el transporte de rinocerontes y elefantes. Ahora se acepta llevarlos colgados de las patas. -Lo siguiente que debemos hacer es investigar un poco sobre otras especies como el búfalo, el hipopótamo y tal vez incluso la jirafa, dice Morkel.
Un gato extiende una pata durante una exposición internacional en Moscú. ¿qué significa esto?
¿QUÉ DICE EL GATO?
Se han investigado los muchos sonidos del gato y Susanne Schötz recibió el premio por su trabajo en la interpretación de la comunicación. Siga leyendo…
Aquí están los ganadores:
Biología: Susanne Schötz, para analizar variaciones en el lenguaje del gato en la comunicación con los humanos, como ronroneos, murmullos, silbidos, balbuceos, pintura y los distintos maullidos.
Ecología: Leila Satari y sus colegas, por utilizar el análisis genético para identificar las diferentes especies bacterianas en el chicle tirado en la acera.
Química: Jörg Wicker y sus colegas, para el análisis químico del aire dentro de los cines, para probar si los olores de una audiencia pueden indicar los niveles de violencia, sexo, comportamiento antisocial, uso de drogas y malas palabras en la película que la audiencia está mirando.
Economía: Pavlo Blavatskyy, por descubrir que la obesidad de los políticos en un país puede ser un buen indicador de la corrupción del país.
Medicina: Olcay Cem Bulut y colegas, para descubrir que los orgasmos sexuales pueden ser tan efectivos como los medicamentos para mejorar la respiración por la nariz.
Premio de la Paz: Ethan Beseris y sus colegas, por probar la hipótesis de que los humanos desarrollaron barbas para protegerse de los golpes en la cara. Investigaron si podría actuar como una melena de leones, que protege la zona vulnerable alrededor del cuello. Investigaron si la cara está protegida contra golpes si se tiene barba, y llegaron a la conclusión de que era cierto. Cuanto más barba, mejor protección. Por lo tanto, los investigadores creyeron que la hipótesis se fortalece.
Física: Alessandro Corbetta y sus colegas, por realizar experimentos para aprender por qué los peatones no chocan constantemente con otros peatones.
Teoría del movimiento: Hisashi Murakami y sus colegas, por realizar experimentos para aprender por qué los peatones a veces chocan con otros peatones.
Entomología: John Mulrennan Jr. y sus colegas, para el estudio de cómo controlar las cucarachas en los submarinos.
Transporte: Robin Radcliffe y sus colegas, por determinar experimentalmente si es más seguro transportar rinocerontes por aire .
En cines: OLOR: Jörg Wicker y sus colegas investigaron cómo el contenido de la película de cine afectaba el olor que deja la audiencia en la sala al fin de la pelicula.
Ganadores anteriores
La ceremonia generalmente se lleva a cabo en la prestigiosa Universidad de Harvard, pero este año fue totalmente digital debido a la pandemia de la corona.
En años anteriores, ha habido investigaciones famosas que muestran que las personas ebrias se perciben a sí mismas como más atractivas de lo que realmente son. La importancia de «suspirar» en las conversaciones, por qué las mujeres en el norte de Suecia de repente tienen el pelo verde y que las ratas con pantalones de poliéster son menos activas sexualmente.
Chris Hedges es un periodista estadounidense ganador del premio Pulitzer y presentador de RT’s On Contact, una serie de entrevistas semanales sobre la política exterior de Estados Unidos, las realidades económicas y las libertades civiles en la sociedad estadounidense. Es autor de 14 libros, incluidos varios best-sellers del New York Times.
Washington, humillado en Afganistán como lo fue en Irak, Siria y Vietnam, es ciego a su fuerza, ineptitud y salvajismo en declive, pero aún es capaz de castigar con asesinatos a quienes exponen estas verdades.
El general cartaginés Aníbal, que estuvo a punto de derrotar a la República romana en la Segunda Guerra Púnica, se suicidó en el 181 a.C. en el exilio cuando los soldados romanos se acercaron a su residencia en el pueblo bitinio de Libyssa, ahora Turquía. Habían pasado más de treinta años desde que condujo a su ejército a través de los Alpes y aniquiló a las legiones romanas en la batalla de Trebia, el lago Trasimene y Cannas. Considerada una de las victorias tácticas más brillantes en la guerra, siglos después inspiró los planes del Comando del Ejército Alemán en la Primera Guerra Mundial cuando invadieron Bélgica y Francia. Roma solo pudo finalmente salvarse de la derrota copiando las tácticas militares de Hannibal.
No importaba en 181 a.C. que hubiera habido más de 20 cónsules romanos (con poder cuasiimperial) desde la invasión de Aníbal. No importaba que Hannibal hubiera sido perseguido durante décadas y obligado a huir perpetuamente, siempre fuera del alcance de las autoridades romanas. Había humillado a Roma. Les había perforado su mito de omnipotencia. Y por eso pagaría con su vida. Años después de la partida de Aníbal, los romanos aún no estaban satisfechos. Terminaron su trabajo de venganza apocalíptica en 146 a.C. arrasando Cartago y vendiendo a la población restante como esclava. Catón el Censor resumió los sentimientos del imperio: Carthāgō dēlenda est (Cartago debe ser destruida). Nada sobre los imperios, desde entonces hasta ahora, ha cambiado.
Los poderes imperiales no perdonan a quienes exponen sus debilidades o hacen público el sórdido e inmoral funcionamiento interno del imperio. Los imperios son construcciones frágiles. Su poder es tanto de percepción como de fuerza militar. Las virtudes que afirman defender y ayudar, generalmente en nombre de su civilización superior, son una máscara para el pillaje, la explotación de mano de obra barata, la violencia indiscriminada y el terror de Estado.
El actual imperio estadounidense, dañado y humillado por los tesoros de documentos internos publicados por WikiLeaks, perseguirá, por este motivo, a Julian Assange por el resto de su vida. No importa quién sea presidente o qué partido político esté en el poder. Los imperialistas hablan con una sola voz. El asesinato de trece soldados estadounidenses por un atacante suicida en el Aeropuerto Internacional Hamid Karzai en Kabul el jueves (26.8.21) evocó de Joe Biden el grito a pleno pulmón de todos los imperialistas:
“A los que llevaron a cabo este ataque … no los perdonaremos, ni olvidaremos, les perseguiremos y les haremos pagar»
Esto fue seguido rápidamente por dos ataques con aviones no tripulados en Kabul contra presuntos miembros del Estado Islámico en la provincia de Khorasan, ISKP (ISIS-K), que se atribuyó el mérito del atentado suicida que dejó 170 muertos, incluidos 28 miembros del Talibán.
Los talibanes, que derrotaron a las fuerzas estadounidenses y de la coalición en una guerra de 20 años, están a punto de enfrentarse a la ira de un imperio herido. Los gobiernos de Cuba, Vietnam, Irán, Venezuela y Haití saben lo que viene después. Los fantasmas de Toussaint Louverture, Emilio Aguinaldo, Mohammad Mossadegh, Jacobo Arbenz, Omar Torrijos, Gamal Abdul Nasser, Juan Velasco, Salvador Allende, Andreas Papandreou, Juan Bosh, Patrice Lumumba y Hugo Chávez saben lo que viene después. No será bonito. Lo pagarán los afganos más pobres y vulnerables.
La falsa lástima por el pueblo afgano, que ha definido la cobertura de los desesperados colaboradores de las fuerzas de ocupación estadounidenses y de la coalición y las élites educadas que huyen al aeropuerto de Kabul, comienza y termina con la difícil situación de los evacuados. Se derramaron pocas lágrimas por las familias habitualmente aterrorizadas por las fuerzas de la coalición, o por los cerca de 70.000 civiles que fueron arrasados por los ataques aéreos, los ataques con aviones no tripulados, los misiles y la artillería de Estados Unidos, o abatidos por las nerviosas fuerzas de ocupación que vieron a todos los afganos, con alguna excepción, como el enemigo durante la guerra. Y habrá pocas lágrimas por la catástrofe humanitaria que el imperio está orquestando sobre los 38 millones de afganos, que viven en uno de los países más pobres y dependientes de ayuda del mundo.
Desde la invasión de 2001, Estados Unidos desplegó alrededor de 775.000 efectivos militares para someter a Afganistán e invirtió 143.000 millones de dólares en el país, con el 60 por ciento del dinero destinado a apuntalar al corrupto ejército afgano y el resto destinado a financiar proyectos de desarrollo económico, programas de ayuda e iniciativas antidrogas, y la mayor parte de esos fondos fueron desviados a grupos de ayuda extranjeros, contratistas privados y consultores externos.
Las subvenciones de Estados Unidos y otros países representaron el 75 por ciento del presupuesto del gobierno afgano. Esa ayuda se ha evaporado. Las reservas de Afganistán y otras cuentas financieras han sido congeladas, lo que significa que el nuevo gobierno no puede acceder a unos $ 9.5 mil millones en activos que pertenecen al Banco Central Afgano . Se han detenido los envíos de efectivo a Afganistán. El Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció que Afganistán ya no podrá acceder a los recursos del prestamista.
Las cosas ya son espantosas. Hay unos 14 millones de afganos, uno de cada tres, que carecen de alimentos suficientes. Hay dos millones de niños afganos desnutridos. Hay 3,5 millones de personas en Afganistán que han sido desplazadas de sus hogares. La guerra ha arruinado la infraestructura. Una sequía destruyó el 40 por ciento de los cultivos del país el año pasado. El asalto a la economía afgana ya está haciendo que los precios de los alimentos se disparen. Las sanciones y la cesación de las ayudas obligarán a los funcionarios a quedarse sin sueldo, y el servicio de salud, ya crónicamente escaso de medicamentos y equipos, colapsará. El sufrimiento orquestado por el imperio será de proporciones bíblicas. Y esto es lo que quiere el imperio.
UNICEF calcula que 500.000 niños murieron como resultado directo de las sanciones impuestas a Irak. Se espera que las muertes infantiles en Afganistán se eleven por encima de esa cifra espantosa. Y espere la misma crueldad imperial que mostró Madeleine Albright, entonces embajadora de Estados Unidos en las Naciones Unidas, cuando le dijo a la corresponsal de ’60 Minutes ‘Lesley Stahl que la muerte de medio millón de niños iraquíes debido a las sanciones «valió la pena». O la crueldad de Hillary Clinton, quien bromeó: “Vinimos, lo vimos, murió” cuando se le informó de la brutal muerte del líder libio Muammar al-Qaddafi. O la exigencia del senador demócrata Zell Miller de Georgia, quien después de los ataques del 11 de septiembre declaró: “Yo digo, bombardearlos. Si hay daños colaterales, que así sea». No importa que el imperio haya convertido a Libia, junto con Afganistán, Irak, Siria y Yemen, en calderos de violencia, caos y miseria. El poder de destruir es una droga embriagadora que tiene su propia justificación.
Al igual que Cato el Censor, las agencias militares y de inteligencia estadounidenses, si la historia sirve de guía, en este momento están planeando desestabilizar Afganistán financiando, armando y respaldando a cualquier milicia, caudillo u organización terrorista que desee atacar a los talibanes. La CIA, que debe recopilar información de inteligencia exclusivamente, es una organización paramilitar deshonesta que supervisa secuestros secretos, interrogatorios en sitios clandestinos, torturas, persecuciones y asesinatos selectivos en todo el mundo. Llevó a cabo redadas de comandos en Afganistán que mataron a un gran número de civiles afganos, que en repetidas ocasiones envió a familiares y aldeanos enfurecidos a los brazos de los talibanes. Ahora es Amrullah Saleh, quien fue el vicepresidente de Ashraf Ghani y quien se ha declarado “el legítimo presidente interino” de Afganistán que está escondido en el valle de Panjshir. Él, junto con los señores de la guerra Ahmad Massoud, Ata Mohammad Noor y Abdul Rashid Dostum, claman para ser armados y apoyados para perpetuar el conflicto en Afganistán.
“Escribo desde el valle de Panjshir hoy, listo para seguir los pasos de mi padre, con combatientes muyahidines que están preparados para enfrentarse una vez más a los talibanes”, escribió Ahmad Massoud en un artículo de opinión en el Washington Post. «Estados Unidos y sus aliados han abandonado el campo de batalla, pero Estados Unidos todavía puede ser un ‘gran arsenal de democracia’, como dijo Franklin D. Roosevelt cuando acudió en ayuda de los asediados británicos antes de la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial». continuó, agregando que él y sus combatientes necesitan «más armas, más municiones y más suministros».
Estos señores de la guerra ya han cumplido las órdenes de los estadounidenses antes y lo harán de nuevo. Y dado que la arrogancia del imperio no se ve afectada por la realidad, el imperio continuará sembrando dientes de dragón en Afganistán como lo ha hecho desde que gastó $ 9 mil millones, algunas estimaciones duplican esa cifra, para respaldar a los muyahidines que lucharon contra los soviéticos, lo que llevó a una sangrienta guerra civil entre señores de la guerra rivales una vez que los soviéticos se retiraron en 1989 y el predominio en 1996 de los talibanes.
El cinismo de armar y financiar a los muyahidines contra los soviéticos expone la mentira de las preocupaciones humanitarias de Estados Unidos en Afganistán. Un millón de civiles afganos murieron en el conflicto de nueve años con los soviéticos, junto con 90.000 combatientes muyahidines, 18.000 soldados afganos y 14.500 soldados soviéticos. Pero estas muertes, junto con la destrucción de Afganistán, “valieron la pena” para paralizar a los soviéticos.
El asesor de seguridad nacional de Jimmy Carter, Zbigniew Brzezinski, junto con la agencia Inter-Services Intelligence (ISI) de Pakistán, supervisó el armado de los grupos musulmanes muyahidines más radicales que luchaban contra las fuerzas de ocupación soviéticas, lo que llevó a la extinción de la oposición secular y democrática afgana. Brzezinski detalló la estrategia, diseñada, dijo, para darle a la Unión Soviética su Vietnam, adoptada por la administración Carter después de la invasión soviética de 1979 para apuntalar el régimen marxista de Hafizullah Amin en Kabul:
Inmediatamente iniciamos un proceso doble cuando nos enteramos de que los soviéticos habían entrado en Afganistán. El primero involucró reacciones directas y sanciones centradas en la Unión Soviética, y tanto el Departamento de Estado como la Agencia de Seguridad Nacional prepararon largas listas de sanciones a adoptar y de medidas a tomar para aumentar los costos internacionales de sus acciones para la Unión Soviética. Y el segundo curso de acción me llevó a ir a Pakistán aproximadamente un mes después de la invasión soviética de Afganistán, con el propósito de coordinar con los paquistaníes una respuesta conjunta, cuyo propósito sería hacer sangrar a los soviéticos por tanto y mientras sea posible; y nos comprometimos en ese esfuerzo en un sentido de colaboración con los saudíes, los egipcios, los británicos, los chinos, y comenzamos a proporcionar armas a los mujaheddin, de varias fuentes, por ejemplo, algunas armas soviéticas de los egipcios y chinos. Incluso obtuvimos armas soviéticas del gobierno comunista checoslovaco, ya que obviamente era susceptible a incentivos materiales; y en algún momento empezamos a comprar armas para los muyahidines del ejército soviético en Afganistán, porque ese ejército era cada vez más corrupto.
La campaña clandestina para desestabilizar a la Unión Soviética haciéndola “sangrar tanto y tanto tiempo como sea posible” se llevó a cabo, como el armamento de las fuerzas de la contra en Nicaragua, en gran parte fuera de los libros. No existía, en lo que respecta al Washington oficial, una forma de evitar el escrutinio no deseado de las operaciones encubiertas llevadas a cabo por las audiencias del Comité de la Iglesia en la década de 1970 que hicieron públicas las tres décadas de golpes de Estado respaldados por la CIA, asesinatos, chantajes, intimidación, propaganda oscura y tortura. El gobierno saudí acordó igualar la financiación estadounidense para los insurgentes afganos. La participación saudí dio lugar a Osama bin Laden y Al-Qaeda, que lucharon con los muyahidines. La operación deshonesta, dirigida por Brzezinski, organizaron unidades secretas de equipos de asesinatos y escuadrones paramilitares que llevaron a cabo ataques letales contra enemigos percibidos en todo el mundo. Entrenó a muyahidines afganos en Pakistán y en la provincia china de Xinjiang. Trasladó el comercio de heroína, utilizado para financiar la insurgencia, desde el sudeste asiático hasta la frontera entre Afganistán y Pakistán.
Este patrón de comportamiento, que desestabilizó Afganistán y la región, es un reflejo de la comunidad militar y de inteligencia. Sin duda, se repetirá ahora en Afganistán, con los mismos resultados catastróficos. El caos que crean estas agencias de inteligencia se convierte en el caos que justifica su existencia y el caos que las ve demandar más recursos y niveles de violencia cada vez mayores.
Todos los imperios mueren. El final suele ser desagradable. El imperio estadounidense, humillado en Afganistán como lo fue en Siria, Irak y Libia, como lo fue en Bahía de Cochinos y en Vietnam, está ciego ante su propia fuerza, ineptitud y salvajismo en declive. Toda su economía, un “keynesianismo militar”, gira en torno a la industria de la guerra. El gasto militar y la guerra son el motor detrás de la identidad y la supervivencia económica de la nación. No importa que con cada nueva debacle los Estados Unidos vuelvan cada vez más grandes partes del mundo en su contra y todo lo que dice representar. No tiene ningún mecanismo para evitar que, a pesar de sus numerosas derrotas, fiascos, desatinos y poder menguante, ataque irracionalmente como un animal herido. Los mandarines que supervisan nuestro suicidio colectivo, a pesar de los repetidos fracasos, insisten tenazmente en que pueden remodelar el mundo a su propia imagen. Esta miopía crea las mismas condiciones que aceleran la desaparición del imperio.
La Unión Soviética se derrumbó, como todos los imperios, debido a sus gobernantes osificados y fuera de contacto, su extralimitación imperial y su incapacidad para criticarse y reformarse a sí misma. No somos inmunes a estas enfermedades fatales. Silenciamos a nuestros críticos más proféticos del imperio, como Noam Chomsky, Angela Davis, Andrew Bacevich, Alfred McCoy y Ralph Nader, y perseguimos a aquellos que exponen las verdades sobre el imperio, incluidos Julian Assange, Edward Snowden, Daniel Hale y John Kiriakou. Al mismo tiempo, un medio en quiebra, ya sea en MSNBC, CNN o Fox, ensalza y amplifica las voces de la clase política, militar y de inteligencia inepta y corrupta, incluidos John Bolton, Leon Panetta, Karl Rove, HR McMaster y David Petraeus, que lleva ciegamente a la nación al pantano.
Chalmers Johnson, en su trilogía sobre la caída del imperio estadounidense – ‘Blowback’, ‘The Sorrows of Empire’ y ‘Nemesis’ – recuerda a los lectores que la diosa griega Némesis es «el espíritu de la retribución, un correctivo a la codicia y estupidez que a veces rige las relaciones entre las personas». Ella representa la «ira justa», una deidad que «castiga la transgresión humana del orden natural y correcto de las cosas y la arrogancia que la causa». Advierte que si seguimos aferrándonos a nuestro imperio, como lo hizo la República Romana, «ciertamente perderemos nuestra democracia y esperaremos con tristeza el eventual retroceso que genera el imperialismo».
«Creo que para mantener nuestro imperio en el exterior se requieren recursos y compromisos que inevitablemente socavarán nuestra democracia nacional y, al final, producirán una dictadura militar o su equivalente civil», escribe Johnson. “Los fundadores de nuestra nación entendieron bien esto y trataron de crear una forma de gobierno, una república, que evitaría que esto ocurriera. Pero la combinación de enormes ejércitos permanentes, guerras casi continuas, keynesianismo militar y gastos militares ruinosos han destruido nuestra estructura republicana a favor de una presidencia imperial. Estamos a punto de perder nuestra democracia por mantener nuestro imperio. Una vez que una nación comienza por ese camino, entran en juego las dinámicas que se aplican a todos los imperios: aislamiento, sobrecarga, unión de fuerzas opuestas al imperialismo y bancarrota.
Si el imperio fuera capaz de la introspección y el perdón, podría liberarse de su espiral de muerte. Si el imperio se disolviera, al igual que lo hizo el Imperio Británico, y se retirara para concentrarse en los males que acosan a los Estados Unidos, podría liberarse de su espiral de muerte. Pero aquellos que manipulan las palancas del imperio no rinden cuentas. Están ocultos a la vista del público y más allá del escrutinio general. Están decididos a seguir jugando al gran juego, tirando los dados con vidas y tesoros nacionales. Supongo que presidirán con júbilo la muerte de más afganos, asegurándose de que ‘merece la pena’, sin darse cuenta de que la horca que erigen es para ellos mismos.