Publicado: 26.2.2016 noruego.today
Además, el hecho que deban emprender esta forma de lucha armada vuelve a ilustrar lo que numerosos observadores internacionales señalaron desde el comienzo mismo de la guerra: la agresión de la OTAN nunca tuvo que ver con la protección de civiles o de derechos humanos, sino con el cambio de régimen por intereses económicos y geopolíticos”. Medios norteamericanos y europeos ligados a los gobiernos aliados de Washington han reiterado, peligrosamente, que Estados Unidos contempla una operación militar en Libia, lo que no resulta extraño visto la cercanía de las próximas elecciones presidenciales en este país, que suele embarcarse en aventuras bélicas previo a la elección de su primer mandatario, generando con ello el apoyo imprescindible del aparato del complejo militar industrial, que suele mirar con buenos ojos el incremento de sus arcas en virtud de las decisiones de intervenir militarmente en regiones situadas a miles de kilómetros de distancia.
Todo vale con tal de intervenir en Libia.
Es sintomático, que todos los candidatos, sean estos demócratas o republicanos han coincidido en la necesidad de intervenir en Libia, bajo el supuesto de amenaza de las bandas takfirí, sin sonrojarse en modo alguno frente a la responsabilidad que le cabe a las administraciones estadounidense en el surgimiento, apoyo, desarrollo y acción de estos grupos terroristas sea en Afganistán, Siria, Irak o Libia. Creado el monstruo, los gobiernos estadounidenses y sus aliados suelen negar la paternidad frente a estos hijos putativos. La amnesia interesada va acompañada de la hipocresía y si eso significa conformar un gobierno de unidad por más débil que este sea, así será.